La guerra. La grande, la fría, la santa, la segunda y mundial, la de los treinta años, o cien, o seis días, la de la independencia, quiero decir, de las muchas independencias, de los boers, del opio, de secesión, de sucesión, médicas, púnicas, del peloponeso, de las galias, de cuba, de vietnam, de las malvinas, de los balcanes, del golfo, ruso-japonesa, hispano-portuguesa (¿alguien puede creerlo?), greco-turca, turco-italiana, etíope-somalí (como para permitírselo), irano-iraquí, de iraq (y dale), carlista(s), civil(es)... Las minúsculas son a propósito.
La guerra es un disparate con el que a veces es inevitable tropezarse. Lo imperdonable es lanzarse a ella. He dicho.
La guerra es un disparate con el que a veces es inevitable tropezarse. Lo imperdonable es lanzarse a ella. He dicho.
2 comentarios:
"Lo imperdonable es lanzarse a ella". Estoy completamente de acuerdo.
Una pregunta tonta: ¿cuál es la mejor película sobre la guerra? Ayer vi "Banderas de nuestros padres", de Eastwood. Claro está que me faltan muchas películas que ver. Pero esta me pareció una de las mejores, aunque me sobraba la voz en off. En fin.
Con las películas de guerra me sucede que cada vez me dan más miedo. Y ya no disfruto con el temor o la angustia. Lo último que he visto en la materia es algo viejo: "Senderos de Gloria", de Kubrick. No me asustó, claro, pero me entristeció muy gustosamente. A vueltas con el antimilitarismo, que nunca son suficientes.
Un saludo.
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