Fotografía de Don McCullin - ‘Snowy, Cambridge, early 1970s’

sábado, 26 de abril de 2008

Lecturas en familia (los duros comienzos)

(En estas fechas tan oportunas, pequeño homenaje a la lectura en forma de docudrama).

La pequeña M. empieza a cogerle el gusto a la lectura. Me digo que muy bien, que así debe ser. Quiere leer conmigo porque hay muchas palabras que no entiende. Encontramos el momento y empieza a leer en voz alta. Me tumbo a su lado cerrando los ojos. Las aventuras del ratón Jerónimo Stilton despiertan mi interés, aproximadamente. Al poco comienza mi cantinela.

-Repite eso que no lo he entendido...No te inventes las palabras... No quites ni pongas letras.... Pronuncia lentamente las sílabas de las palabras que no conozcas... Haz pausas, fíjate en los signos... No olvides los acentos...

No hay manera. Me parto. Sin exagerar, es tal que así:



(Emilio Aragón y Lydia Bosch aparecen entre el público. Qué jovenes. De cuando él empezaba a ser médico de familia y ella su cuñada, calculo).

-¿Te gusta, papá?
-No sabes cuánto si me enterara de algo.
-Pues sigamos un poco más.
-Sigamos .

miércoles, 23 de abril de 2008

Afecto liberal. (Una aportación al debate de ideas)

Creo en el relativo valor de los gestos en la política, a condición de que tengamos muy presente que no son más que gestos. Los hay mejores y peores, y luego están los que a mí me gusta imaginar. Como una carta de Sonsoles Espinosa (o Carla Bruni) a José Luis Rodríguez Zapatero (o Nicolas Sarkozy), o viceversa, divulgada, con el consentimiento de los interesados, a través de los principales periódicos y toda la red, y que diría algo así como:

"Querido pequeño ser:
Quiero contarle algo extremadamente placentero e inesperado que me pasó: hace tres días me acosté con el pequeño Bost. Naturalmente fui yo quien lo propuso, el deseo era de ambos y durante el día manteníamos serias conversaciones mientras que las noches se hacían intolerablemente pesadas. Una noche lluviosa, en una granja de Tignes, estábamos tumbados de espaldas a diez centímetros uno del otro y nos estuvimos observando más de una hora, alargando con diversos pretextos el momento de ir a dormir. Al final me puse a reír tontamente mirándolo y él me dijo: "¿De que se ríe?". Y le contesté: "Me estaba preguntando qué cara pondría si le propusiera acostarse conmigo". Y replicó: "Yo estaba pensando que usted pensaba que tenía ganas de besarla y no me atrevía". Remoloneamos aún un cuarto de hora más antes de que se atreviera a besarme. Le sorprendió muchísimo que le dijera que siempre había sentido muchísima ternura por él y anoche acabó por confesarme que hacía tiempo que me amaba. Le he tomado mucho cariño. Estamos pasando unos días idílicos y unas noches apasionadas. Me parece una cosa preciosa e intensa, pero es leve y tiene un lugar muy determinado en mi vida: la feliz consecuencia de una relación que siempre me había sido grata. Hasta la vista querido pequeño ser; el sábado estaré en el andén y si no estoy en el andén estaré en la cantina. Tengo ganas de pasar unas interminables semanas a solas contigo.
Te beso tiernamente, tu Castor."
(Fuente original: carta de Simone de Beauvoir a Jean Paul Sartre).



Ah, la liberté.

Creo que soy un liberal.

lunes, 21 de abril de 2008

Del arte de crear problemas

Andaba buscando en la red citas de científicos para un trabajo escolar del pequeño J. cuando me tropecé con ésta:

No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamiento que empleamos al crearlos (Albert Einstein).

Como ando ahora pendiente de los asuntos domésticos me acordé de la disputa sobre el agua, de cómo surgió y se alimentó irresponsablemente desde todos los rincones geográficos. Y de cómo una vez creado convenientemente el problema, parece haber llegado la hora –o tal vez aún no- de que los mismos sujetos que lo provocaron trabajen para resolverlo. Quedo pendiente en cualquier caso de comprobar su cambio de pensamiento. Se admiten apuestas.

domingo, 20 de abril de 2008

I Montecchi e i Capuleti

(Nota previa del menda: cualquier día de estos abandono por completo el italiano. Empiezo a estar cansado del disfraz).

Contemplo con asombro el griterío. ¡Liberal! ¡Socialdemócrata! Palabras que unas veces se arrojan sobre la cabeza del otro y otras se pronuncian como orgullosa definición de uno mismo y fatal condena del que no es igual.

Mi asombro proviene de la evidencia de que unos y otros hunden sus comunes raíces en la democracia liberal que por fortuna disfrutamos, y de que lo mejor del pensamiento social y político del último siglo se encuentra precisamente en ciertas corrientes de la socialdemocracia y del liberalismo, y realmente en ningún otro lugar. Es más, estoy seguro de que el franco, racional y no dogmático debate entre esas corrientes críticas es indispensable para el progreso democrático y para la resolución eficaz de los complejos retos a los que se enfrentan nuestras pobladas sociedades en este pequeño planeta.

Comprendo que hay liberales y liberales, y socialdemocrátas y socialdemócratas. Y observo que los peores de cada casa terminan pareciéndose, compartiendo un similar dogmatismo y una común incapacidad para aprender de la Historia. Tal vez sean los más numerosos y desde luego son los más ruidosos. Reflejan las dificultades humanas para comprender el mundo y no me interesan los férreos prejuicios en que se cobijan.

Hay otros rumbos más flexibles y prometedores. El impecable manifiesto de Euston o la interesante trayectoria del agudo Francis Fukuyama son ejemplos de lo que considero un verdadero y fructífero “debate de ideas”. Algo que nada tiene que ver con el que alguna voz patria propone abrir a pequeña escala partidista y con motivo de su particular ambición política.

¡Capuleto! ¡Montesco! Y dale con la matraca. Disculpen si me recojo.



martes, 15 de abril de 2008

Roma

Me refiero a la interesante serie de televisión de HBO y la BBC. Era previsible que me atrapara y así fue. Un sugerente momento histórico y el reflejo sin miramientos de la violenta crueldad en un periodo de cambio. La ambición que se mueve entre un frágil equilibrio de alianzas siempre dispuesto a rehacerse. La defensa de la República y la tradición que encubre el afán por conservar el privilegio. La invoación al pueblo que esconde el ansia de poder. La defensa del clan familiar sin importar el precio. El combate político entre los favorecidos y la lucha por la supervivencia entre los miserables, la desigual pelea de unos contra otros y finalmente de todos contra todos. Tan esencialmente humano. Tan presente.




Tal vez sea cierto eso que dicen ahora. Las mejores historias mejor contadas pueden encontrarse hoy en la televisión.

lunes, 14 de abril de 2008

¿Quo vadis, Italia?

Llevo tiempo haciéndome esta pregunta. Puede que en unas horas vuelva a hacérmela de nuevo. La providencia no lo quiera.

viernes, 11 de abril de 2008

Liberales de ayer y hoy

"Un verdadero liberal se distingue no tanto por lo que defiende sino por el talante con que lo defiende: la tolerancia antidogmática, la búsqueda del consenso, el diálogo como esencia democrática."
(Bertrand Russell).

“Creo que compra usted el discurso de nuestros adversarios”
(Esperanza Aguirre Gil de Biedma a un acongojado Germán Yanke. Tengo entendido que en Telemadrid ya no se “compra” el discurso del enemigo: ahora se arroja directamente al contenedor).

“La humanidad tiene una moral doble: una, que predica y no practica, y otra, que practica pero no predica”.
(El primero pensando en la segunda mientras el tercero asiente).

Mira qué bien

Justo lo que me faltaba.

lunes, 7 de abril de 2008

Identidad de chiste

-Pase, jefe.

Me siento en el taburete y espero a que el hombre termine de atender a otros clientes en el mostrador.

-A ver, ya estoy. No se ponga tan serio, hombre, que me da miedo.

La verdad es que pienso que estoy sonriendo, así que no quiero ni imaginarme la cara que puedo tener si estoy enfadado. El caso es que el comentario del hombre me hace gracia y no puedo evitar sonreír. Clic. El resultado aparece en la pantalla que tengo enfrente. Un tipo con los labios apretados conteniendo una expresión de risa. Una cara de chiste.

-¿Qué le parece? ¿Hacemos otra?

Tardo un poco en decidirme. No tengo muchas esperanzas ni quiero seguir haciendo muecas, ni pensar que sonrío y es que no. Al final le digo que está bien, que me vale. Se ofrecen varias opciones y elijo la de cuatro fotografías pequeñas y una “de cartera”. Quiero comprobar si M. tiene narices de ponerme en la suya.

Y ya está. Ya he renovado mi D.N.I. Lo miro y no puedo evitar sonreír (o eso pienso que hago). Lo guardo sabiendo que llevaré en mi cartera una cara de chiste durante los próximos diez años.

No paro de oír que hay que saber ser uno mismo.

viernes, 4 de abril de 2008

Música astral.

"Hay una íntima conexión entre las cosas de los hombres y los planetas”. Lo afirma Richard Tarnas, presentado como “profesor de filosofía y psicología en California, formado en Harvard y doctorado en el Instituto Saybrook”. En resumen, astrólogo académico.

Reconozco que la astrología sería fascinante si contara con evidencias consistentes. Creo que no es el caso. Lo que me llama más la atención no son las ideas de Tarnas, sino el extendido deseo de que sean correctas, y el reproche que es común hacer a cualquier expresión firme de escepticismo. Prueba de lo que digo es el comentario de “EMMANUELLE” en la edición digital del artículo cuando reprende al “exseminarista ye-ye” (olé el universo nick) con estas palabras: “si tan amigo se es del racionalismo, o razonamiento, antes de decir que NO a todo, demuéstralo, amigo escéptico ...”

Este habitual y gratuito desplazamiento de la carga de la prueba me recuerda la tetera de Bertrand Russell. Él empleó el argumento en su crítica a la religión, pero me vale para cualquier otro pensamiento mágico suficientemente extendido.

"Si yo sugiriera que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podría refutar mi aseveración, siempre que me cuidara de añadir que la tetera es demasiado pequeña como para ser vista aun por los telescopios más potentes. Pero si yo dijera que, puesto que mi aseveración no puede ser refutada, dudar de ella es de una presuntuosidad intolerable por parte de la razón humana, se pensaría con toda razón que estoy diciendo tonterías. Sin embargo, si la existencia de tal tetera se afirmara en libros antiguos, si se la enseñara cada domingo como verdad sagrada, si se la instalara en la mente de los niños en la escuela, la vacilación para creer en su existencia sería un signo de excentricidad, y quien dudara merecería la atención de un psiquiatra en un tiempo iluminado, o la del inquisidor en tiempos anteriores".

Sin embargo, no descarto nada. No soy un experto en astronomía ni en psicología y no confundo lo no probado, e incluso muy improbable, con lo absolutamente imposible. De hecho creo que alguna conjunción astral insólita debió de darse cuando se editaron ciertos productos musicales para el mercado de gasolineras y bares de carretera. La idea, el diseño, el lanzamiento, la composición de aquello, algo, lo que fuera, no podía ser indiferente a los planetas.

Como cuando Sadam Hussein quiso iniciar una nueva vida y raza antes de ser capturado. “Me fumao un canuto” cantaba sin inmutarse.



O como cuando Carmen Montenegro...



... miedo nos daba.

O como cuando antes del desmadre territorial sabíamos lo que eran dos españoles y las relaciones internacionales...





Ese mismo par de españoles que, sin estudios de marketing ni chorradas, sabía lanzar un directo guiño comercial al segmento clave de su mercado...





Yo ya no puedo más. Ni con la astrología ni con las disparatadas casetes. El que quiera puede seguir aquí, de donde me he nutrido.