Fotografía de Don McCullin - ‘Snowy, Cambridge, early 1970s’

lunes, 27 de agosto de 2007

Sueño de tormenta




Me he acostado pronto, poco después que los niños, y enseguida me he quedado dormido. M. lo ha hecho más tarde, me ha dado un beso y, sin querer ni darse cuenta, me ha despertado. No sé qué hora es pero el silencio es total. He dormido muchas veces en esta habitación y nunca había pensado en lo silenciosa que es. En mitad de la ciudad y ni el menor sonido. Si estuviéramos en ferias llegaría claro el eco del concierto en la plaza, pero aún quedan algunas semanas hasta que la ciudad se llene a rebosar y para entonces es casi seguro que no vengamos. De pronto oigo un trueno. No parece muy lejano. Al poco otro y comienza el repiqueteo de la lluvia contra la persiana que al rato se detiene. Creo que ha sido una falsa alarma. Ruge otro trueno para desmentirlo. Lo he podido oír perfectamente, desde el principio hasta el final, y me parece que ha durado quince segundos al menos. Por primera vez voy a concentrarme sólo en el sonido de un trueno. Voy a esperar al siguiente, en completa oscuridad y con los ojos cerrados. No tarda. Comienza con un leve chisporroteo y va ganando en intensidad hasta parecer una explosión que se va apagando lentamente. La tremenda fuerza de la naturaleza me acaricia los oídos, no los sobresalta. La lluvia arrecia y prosigue el concierto de estruendos. Me imagino en una pequeña choza en mitad de la nada y me quedo plácidamente dormido de nuevo.

Vuelvo a despertarme. Todo sigue a oscuras y la lluvia ha cesado. No sé qué hora es ni voy a averiguarlo. He soñado con M. Estábamos en un ascensor. Me cuesta volver a dormirme. Desde hace unos meses ya no duermo como antes. No sé si es otro síntoma.

-¿Oíste la tormenta esta noche? He pasado miedo.
-Sí la oí. Me despertaste al darme el beso.
-Si lo llego a saber me acurruco en tu cama.
-Soñé contigo.
-¿Y cómo era el sueño?
-Como los que te gusta que sueñe.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No se queje usted tanto de ser despertado con un beso, que hay cosas bastantes peores.


"Otro síntoma" ¿de qué?.¿Padece de insomnio? me gusta cuando se pone tan enigmático en los post.


No puedo evitar pensar en Bianca. ¿Sigue dándole calabazas a golpe de canción?. ¿Qué piensa M de B, y B de M?, ja ja, parece una ecuación.


¿Y qué de su fin de semana?, ¿también les llovió por ahí?

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Discúlpeme, estoy tan preguntona porque le eché de menos. La presencia masculina en mi avión supone un componente de lo más imprescindible, me estoy percatando ahora.

Me levanto hoy pero que muy locuaz. Nada como los cereales con leche fresquita para cerrar la boca, cambio.

Lenny Zelig dijo...

Venga, va, le respondo algo.

No, no me quejo, me encanta.

Síntoma de la pendiente abajo.

B es un sueño y M y sus besos son reales, y además sueño a veces con ella. No hay conflicto (pesadillas).

La tormenta me cogió allí. Parece que también hubo aquí. Un gusto, entonces, aquí y allí.

Me he pasado por su casa y me están entrando ganas de hacerme anónimo y atormentarla un poco. ¿Empieza a ser inquietante la vida de bloggera encantadora? Soy yo el que pregunta ahora. Cambio.

Anónimo dijo...

¿Verdad que desestabiliza muchísimo que un anónimo le comente sus post? Pues, ea, ya puede intuir más o menos lo que se siente. Esto es un verdadero sinvivir.

Pensando en M (la de usted) me he preguntado numerosas veces cómo lleva ella lo de su bloguerío. No sé, llevo pocos meses en la bloggalaxia y hasta ahora sólo me he topado -directa o indirectamente- con perfiles de chic@ solter@ un poco colga´@ ansios@ por entregar al mundo algo de frikerío cibernético. Yo respondo a ese perfil estándar de cabeza a los pies... Pero bueno, ¿y quién dice que usted no?

Me ha emocionado mucho eso del beso -despertador de su mujer. Me he acordado de la peli Closer (obsesionada llevo unos días; se me pasará pronto).

Beso y un cafetito con hielo.

Lenny Zelig dijo...

¿Que cómo se lleva el bloguerío en familia? Ja, ja, eso me pregunto yo también. En difícil pero posible equilibrio. Reclamo mi espacio y lo defiendo. Y luego me pongo a realizar mil tareas que parecen imposibles:
-No transformarme en friki.
-No desatender a los míos.
-Buscar tiempos muertos para mis tonterías.
-Localizar los límites para no rebasarlos.
-No engañar (a lo sumo despistar ligeramente) a ningún habitante de la blogosfera (me importa menos que me engañen).
Lo de acabar siendo un colga'o lo tengo asumido. Creo que siempre lo he sido, ja, ja.