No podía seguir usurpando una memoria, ni aun guardando una pequeña y respetuosa distancia en forma de diminutivo. Di Blasi fue un héroe y no es mi caso. Di Blasi se la jugó por ideas llamadas a mejorar el mundo y yo ni he tenido ocasión de jugármela, ni sabría hacerlo llegado el momento. Di Blasi tenía tanto valor como cordura y no, no es mi caso ni en lo uno ni en lo otro.
Ted Earley es otra cosa. Un crápula apenas redimido, por ejemplo. El encargado de barrer la casa del héroe. No tiene grandes pretensiones: hace tiempo que sólo le quedan unas pocas, pequeñas y vergonzantes. Y ése sí es mi caso. Y para colmo de casualidades el personaje lo interpreta Adam Arkin, un sólido actor de televisión que me saca diez años, exactamente los mismos que me concedo para lograr convertirme en el personaje. Todo un reto profesional.
(Arkin y Voight se saludan sobre una alfombra roja. Voight bromea sobre la tripa de Arkin mientras éste tiene la cabeza puesta en Angelina..., mientras sujeta la mano de la persona en la que debería tener la cabeza).
En fin, es ponerme el disfraz de Teddy Earley –nuevamente se impone el diminutivo: incluso Ted se merece un respeto— y comprobar que, esta vez sí, me sienta casi como un guante. Sobre todo ahora que se cuenta que el hombre se volvió sedentario y agricultor para beber cerveza. Algo que Ted y yo sabíamos hace mucho tiempo.
4 comentarios:
Vamos, lo que sería una digi-evolución. Lo de la cerveza... yo había leído por ahí hace tiempo que nos hicimos sedentarios para cultivar setas alucinógenas. Para que luego digan de las drogas (legales o no).
No lo había visto de ese modo, pero ahora que lo dice... Me siento como un Pokemon. En una bolita de plástico. De mal en peor.
(Creo que necesito un hongo de esos).
¿Un suicidio blogguero? me encanta, qué valor.
Y lo de Teddy me gusta, tiene algo de osito de peluche, con perdón. Ja, ja, (ríase, ¿eh?).
Buenas noches, y buena suerte.
Es lo que tiene un blog, al menos en mi caso: me ayuda a conocerme mejor. Y sin querer (me) he encontrado a Teddy, nombrecito que no es solo una coincidencia: a mí también se me puede colocar en cualquier repisa.
Pero lo que me quede de cavaliere, aunque sea pessimo, será para usted, Aviadora.
Publicar un comentario