Fotografía de Don McCullin - ‘Snowy, Cambridge, early 1970s’

jueves, 10 de enero de 2008

Música y prehistoria

En casa había un tocadiscos en el salón. No recuerdo que mis padres lo utilizaran. Había algunos discos pequeños de 45 r.p.m. y además estaban los L.P. de mi hermano mayor. J. era muy aficionado a la música e imponía abusivamente, o así me lo parecía, la autoridad de los seis años que nos separaban. No creo recordar que mis hermanas pugnaran con nosotros por el artefacto, ni me parece que prestaran su apoyo a ninguno de los hermanos siempre enfrentados. Era sólo cosa de dos y yo tenía todas las de perder.

No sé cuándo empezó a darme por la música clásica para fastidio de J. Pero sí sonrío al pensar en los esporádicos pedidos a través de la revista “Discoplay”, y en los envíos contrarreembolso que recogía ilusionado en el sótano del edificio de Correos y en los que gastaba mis pocos ahorros.

Mi padrino R., que vivía unos pisos más arriba, tenía un estupendo equipo de música y una flamante colección de la Deutsche Grammophon. Pero no tenía hijos ni le gustaban los niños, así que no podía permitirme visitarle con frecuencia. No tenía muchas ni buenas alternativas.

Los años han pasado y hoy la tecnología ha puesto la música a nuestro alcance de mil formas distintas, mientras la red nos ofrece un inmenso archivo sonoro. Pero en aquel tiempo, y no ha pasado tanto o eso quiero pensar, disfrutar de la música exigía disputar con escaso éxito a un adolescente mayor que yo el uso de un tocadiscos en un pequeño salón. Y todo para escuchar los mismos y contados discos. No me lo puedo creer.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonito recuerdo, M.

Yo también tuve un tocadiscos (de los primeros que hubo en España, pues lo heredé de mi abuelo), pero afortunadamente jamás tuve que disputármelo con ninguna de mis cuatro hermanas. Los discos con los que contaba también eran heredados: una completísima colección de música nacional que aunaba flamenco, copla y canción melódica (de Manolo Caracol a Marifé de Triana, pasando por Marisol y Mª Dolores Pradera, óle). Los primeros vinilos que me compré con mi propio dinero -y ya acorde a mi adolescencia- fue el de Rick Ashley (muchachito pelirrojo inglés que parecía cantar desde dentro de una tinaja), y el inigualable "Like a Virgin" de Madonna. Aún me sé las letras de memoria, lo juro.
¿Y cómo olvidarse de las cintas grabadas directamente de la radio? es un objeto que ya sólo pervive en las gasolineras, pero yo no tiro mis viejas cintas ni de broma.

Yo tampoco me lo puedo creer, Miguel.

Daniel Hermosel Murcia dijo...

A mi los vinilos me pillaron peuqño, soy más de casette. Ais, yo fui acaparador del radiocasete en casa y DJ oficial durante mucho tiempo. Al principio hacía selecciones más o menos pop-rockeras, pero supongo que pude llegar a ser algo cansino cuando me dio por Mike Oldfield, Jarre o Vangelis de forma obsesivo-compulsiva. Luego los alternaba con los Guns&roses y Nirvana. Supongo que en casa le acabaron cogiendo gusto por sobreexposción. Luego, cuando me fui a CC tomó mi hermano el mando a golpe de Hip-hop, pero para entonces ya había varias radios y el equipo de música, y la cosa se "decratizó" algo, no mucho, pero sí algo. Es lo que tiene que en mi casa a lo mismo se escucha el verano de vivaldi, que el magnetic fields, la bso de matrix, hard house, marlango, led zeppelin, estopa, o el candil... Casi de todo (menos Kamela, of course).

Anónimo dijo...

Aviadora: y yo que nunca me he aprendido la letra de ninguna canción. (Se llama tendencia al "nanianonaniano" y está documentada).
¡Y yo también grababa cintas de la radio! Y llegué a conocer las viejas cintas de audio, de un tamaño entre las últimas y las cintas de video, que se ponían en el radiocasette del Morris de mi padrino (hombre de posibles gracias a mi madrina).


Daniel: Es lo que han traído los tiempos modernos: autonomía. Uno de los aspectos más claramente positivos del desarrollo.
Y si era DJ oficial y consentido, entonces no sabe lo que es el sentimiento de frustración e impotencia. ¡Fue un niño-joven feliz!

Anónimo dijo...

Viva la música. Una de las diez mejoras cosas que ha creado el hombre.

Venga, linda noche de viernes a mis dos chicos.