Los veo cada vez que me acuesto. Se acumulan y no puedo evitarlo. Los dejo a medias pero no quiero retirarlos por si alguna vez me animo a proseguir alguno. No soy capaz de terminar nada, aunque no pierdo la esperanza. He estado pensando en si significa algo especial o si son tan solo mis naturales inconstancia e impaciencia. Prefiero creer que son lo segundo. Si fuera lo primero, debería reconocer que estoy demasiado insatisfecho, que busco y no encuentro. Y no me agrada la idea.
6 comentarios:
A veces se obtiene lo que se desa antes de terminar algo y no hay motivo para seguir, otras simplemente no era lo que se buscaba.Sea como sea ya llegará o no, lo importante es el camino, o eso dicen. Ánimo
La imagen que ha puesto me ha tocado la moral. Porque yo antes era una de esas personas... (no se me ocurre ningún adjetivo calificativo apropiado) que no paraba hasta acabar el libro, aunque fuese un auténtico tormento.
No sé cuándo ni de qué manera caí en la cuenta de que hay demasiados libros y experiencias que abordar en esta corta vida, y entonces decidí dedicarme únicamente a aquello que me producía placer, aunque sólo durase unos instantes. De la pintura al tai-chi, pasando por los bailes regionales y el trekking dominguero... yo siempre acabo aburriéndome.
Creo que la insatisfacción va en el carácter de la gente que se entusiasma vívidamente pero que carece de paciencia. Pura pirotecnia, vaya. Y no, no nos agrada la idea.
A lo mejor no estas encontrando el que te enganche!! a veces un poco de literatura infantil te da energias para proseguir con los libros para adultos, de esos que no tienen dibujos.
¡Feliz año!
Daniel: como soy muy condescendiente con todo (también conmigo), llego a la conclusión de no hay nada malo en empezar mil caminos y no acabar ninguno. Bueno, tal vez sí: desorden, desorientación y (sensación de) pérdida de tiempo.
Aviadora: así que en algún momento fue de otra forma. La verdad es que adivino en usted la huella de esa férrea disciplina que dice ya no tener. Se llama autoexigencia y yo nunca la he tenido.
Nootka: le haré caso. Empezaré con las páginas sueltas de “13 Rue del Percebe”. Sé que ahí podré llegar hasta el final.
Bueno, ¿y qué tal los Reyes? A mí nada, por pacto privado (o por malo o porque fue ya cosa de Papa Noel), pero me encantan los regalos que reciben los demás.
Yo no termino prácticamente ningún libro de ensayo. Casi todo lo importante está dicho en los primeros capítulos: la tesis, por decirlo así. Por eso los que sí terminamos tienen algo que irremediablemente nos atrae. Como con las novelas, que son, en realidad, mucho más pesadas.
No sé quién me dijo que no era bueno leer mucho, pero creo que no estoy de acuerdo.
La regla general parece ser que resulta difícil mantener nuestra atención mucho tiempo en un punto fijo. Cuando el punto lo consigue es excepcional y, francamente, un gustazo.
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