Fotografía de Don McCullin - ‘Snowy, Cambridge, early 1970s’

viernes, 4 de abril de 2008

Música astral.

"Hay una íntima conexión entre las cosas de los hombres y los planetas”. Lo afirma Richard Tarnas, presentado como “profesor de filosofía y psicología en California, formado en Harvard y doctorado en el Instituto Saybrook”. En resumen, astrólogo académico.

Reconozco que la astrología sería fascinante si contara con evidencias consistentes. Creo que no es el caso. Lo que me llama más la atención no son las ideas de Tarnas, sino el extendido deseo de que sean correctas, y el reproche que es común hacer a cualquier expresión firme de escepticismo. Prueba de lo que digo es el comentario de “EMMANUELLE” en la edición digital del artículo cuando reprende al “exseminarista ye-ye” (olé el universo nick) con estas palabras: “si tan amigo se es del racionalismo, o razonamiento, antes de decir que NO a todo, demuéstralo, amigo escéptico ...”

Este habitual y gratuito desplazamiento de la carga de la prueba me recuerda la tetera de Bertrand Russell. Él empleó el argumento en su crítica a la religión, pero me vale para cualquier otro pensamiento mágico suficientemente extendido.

"Si yo sugiriera que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podría refutar mi aseveración, siempre que me cuidara de añadir que la tetera es demasiado pequeña como para ser vista aun por los telescopios más potentes. Pero si yo dijera que, puesto que mi aseveración no puede ser refutada, dudar de ella es de una presuntuosidad intolerable por parte de la razón humana, se pensaría con toda razón que estoy diciendo tonterías. Sin embargo, si la existencia de tal tetera se afirmara en libros antiguos, si se la enseñara cada domingo como verdad sagrada, si se la instalara en la mente de los niños en la escuela, la vacilación para creer en su existencia sería un signo de excentricidad, y quien dudara merecería la atención de un psiquiatra en un tiempo iluminado, o la del inquisidor en tiempos anteriores".

Sin embargo, no descarto nada. No soy un experto en astronomía ni en psicología y no confundo lo no probado, e incluso muy improbable, con lo absolutamente imposible. De hecho creo que alguna conjunción astral insólita debió de darse cuando se editaron ciertos productos musicales para el mercado de gasolineras y bares de carretera. La idea, el diseño, el lanzamiento, la composición de aquello, algo, lo que fuera, no podía ser indiferente a los planetas.

Como cuando Sadam Hussein quiso iniciar una nueva vida y raza antes de ser capturado. “Me fumao un canuto” cantaba sin inmutarse.



O como cuando Carmen Montenegro...



... miedo nos daba.

O como cuando antes del desmadre territorial sabíamos lo que eran dos españoles y las relaciones internacionales...





Ese mismo par de españoles que, sin estudios de marketing ni chorradas, sabía lanzar un directo guiño comercial al segmento clave de su mercado...





Yo ya no puedo más. Ni con la astrología ni con las disparatadas casetes. El que quiera puede seguir aquí, de donde me he nutrido.

3 comentarios:

Daniel Hermosel Murcia dijo...

estoooo, el enlace no funciona :(

Lenny Zelig dijo...

Ya está, creo, gracias.

Daniel Hermosel Murcia dijo...

Ya funciona.
Jejeje, qué buenas, ya recibí algunas en un powerpoint, pero la lista es completita, aunque recuerdo alguno que no está aquí que era también im-presionante. Que tiempos...