-Pase, jefe.
Me siento en el taburete y espero a que el hombre termine de atender a otros clientes en el mostrador.
-A ver, ya estoy. No se ponga tan serio, hombre, que me da miedo.
La verdad es que pienso que estoy sonriendo, así que no quiero ni imaginarme la cara que puedo tener si estoy enfadado. El caso es que el comentario del hombre me hace gracia y no puedo evitar sonreír. Clic. El resultado aparece en la pantalla que tengo enfrente. Un tipo con los labios apretados conteniendo una expresión de risa. Una cara de chiste.
-¿Qué le parece? ¿Hacemos otra?
Tardo un poco en decidirme. No tengo muchas esperanzas ni quiero seguir haciendo muecas, ni pensar que sonrío y es que no. Al final le digo que está bien, que me vale. Se ofrecen varias opciones y elijo la de cuatro fotografías pequeñas y una “de cartera”. Quiero comprobar si M. tiene narices de ponerme en la suya.
Y ya está. Ya he renovado mi D.N.I. Lo miro y no puedo evitar sonreír (o eso pienso que hago). Lo guardo sabiendo que llevaré en mi cartera una cara de chiste durante los próximos diez años.
No paro de oír que hay que saber ser uno mismo.
Me siento en el taburete y espero a que el hombre termine de atender a otros clientes en el mostrador.
-A ver, ya estoy. No se ponga tan serio, hombre, que me da miedo.
La verdad es que pienso que estoy sonriendo, así que no quiero ni imaginarme la cara que puedo tener si estoy enfadado. El caso es que el comentario del hombre me hace gracia y no puedo evitar sonreír. Clic. El resultado aparece en la pantalla que tengo enfrente. Un tipo con los labios apretados conteniendo una expresión de risa. Una cara de chiste.
-¿Qué le parece? ¿Hacemos otra?
Tardo un poco en decidirme. No tengo muchas esperanzas ni quiero seguir haciendo muecas, ni pensar que sonrío y es que no. Al final le digo que está bien, que me vale. Se ofrecen varias opciones y elijo la de cuatro fotografías pequeñas y una “de cartera”. Quiero comprobar si M. tiene narices de ponerme en la suya.
Y ya está. Ya he renovado mi D.N.I. Lo miro y no puedo evitar sonreír (o eso pienso que hago). Lo guardo sabiendo que llevaré en mi cartera una cara de chiste durante los próximos diez años.
No paro de oír que hay que saber ser uno mismo.
7 comentarios:
La entrada está muy bien, fresca, con humor, pero claro, claro... ¿por qué no ha publicado esa foto? Jejejeje.
Tampoco tengo narices. Soy un cromo con orgullo, je,je.
Je, je, qué caretos.
¿Ha tenido M. los tacones para llevar su foto en la cartera? No sé si es una práctica ñoña o poética, no sé. Haré una encuesta entre mis conocidos.
Besos, besos.
Las cámaras que se utilizan para hacer las fotos carnet tienen filtros especiales distorsionados específicamente para que todos salgamos mal, eso lo sabe todo el mundo. Al menos usted sale con cara de chiste, es original: lo normal es salir con cara de terrorista
Aviadora: pues sí, sí que ha metido una foto en la cartera. Pero ha sido una pequeña porque tiene otra grande más antigua que no quiere tapar. En la vieja estoy con cara de “pedete”, según dice, y no sé cuál es más de chiste. Me horroriza la idea de que las vaya enseñando: “-Mira, el maromo”. Joder, joder. En fin, un beso y espero que esté sufriendo de bien de amores.
Nury: tomo sus palabras como un consuelo y quisiera aferrarme a la idea de que la culpa es electrónica, pero sería engañarme. Por eso me río de esa superstición indígena de que la fotografía puede robar el alma: lo verdaderamente maligno del artilugio es que puede enseñar el chiste que llevamos dentro.
que la publique!! que la publique!!
¿y no te estabas viendo en algún espejo?? yo he ido a fotomatones que te ves en un espejo justo la carita que vas a tener y entonces pones cara picarona y sacas la lengua
a veces me imagino que soy americana y abro mucho la boca, en plan sorpresa, y no sale mal del todo.
De aquí a veinte años tal vez la desclasifique (aunque visible en mi DNI no es muy secreta).
Y no estaba en un fotomatón (qué nombre más preciso), sino en un amplio establecimiento sumamente digitalizado. Y como apreté los labios en vez de abrir la boca, bien se ve que soy euroasiático y así salen luego las cosas.
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