Fotografía de Don McCullin - ‘Snowy, Cambridge, early 1970s’

sábado, 1 de noviembre de 2008

Flojeras y simplezas

En un artículo publicado en ABC el pasado 26 de octubre, Jon Juaristi opinaba que el discurso de Ingrid Betancourt en el acto de entrega de los Premios Príncipe de Asturias fue un muestrario completo de todos los tópicos del buenismo multicultural y ecologista, sazonado con la superstición postmoderna de la omnipotencia de la palabra, ese ingrediente fundamental en el pensamiento mágico de la progresía y tan viejo, en rigor, como el mundo (tanto, que, ya en el Cantar del Cid se vapuleaba a los que el poema llama «lengua sin manos»). Como aspiro a ser “hombre bueno” busqué y leí el texto del discurso de Ingrid Betancourt. Concedo que el tono fue algo empalagoso por momentos, pero el fondo de su mensaje me parece irreprochable y, viniendo de quien ha vivido una singular y dura experiencia, verdaderamente emotivo. Debo de ser un flojo.

Lo que me llamó la atención del artículo de Juaristi es que después de recordarnos que la esencia del Premio Príncipe de Asturias, dicho sea de paso, no es otra que el progresismo, la bondad universal y la sacarina, no hiciera mención alguna a Tvetan Todorov (reciente Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales) y a su breve discurso sobre extranjeros, bárbaros y civilizados, que concluía así:

Por cómo percibimos y acogemos a los otros, a los diferentes, se puede medir nuestro grado de barbarie o de civilización. Los bárbaros son los que consideran que los otros, porque no se parecen a ellos, pertenecen a una humanidad inferior y merecen ser tratados con desprecio o condescendencia. Ser civilizado no significa haber cursado estudios superiores o haber leído muchos libros, o poseer una gran sabiduría: todos sabemos que ciertos individuos de esas características fueron capaces de cometer actos de absoluta perfecta barbarie. Ser civilizado significa ser capaz de reconocer plenamente la humanidad de los otros, aunque tengan rostros y hábitos distintos a los nuestros; saber ponerse en su lugar y mirarnos a nosotros mismos como desde fuera. Nadie es definitivamente bárbaro o civilizado y cada cual es responsable de sus actos. Pero nosotros, que hoy recibimos este gran honor, tenemos la responsabilidad de dar un paso hacia un poco más de civilización.


No sé si el humanismo de Todorov es solo un potente edulcorante, aunque no me lo parece. Más sencillamente creo que sirve para trazar el rumbo correcto. Debo de ser un simple. Seguramente por eso suelo pensar que hallar la ruta que nos conviene es realmente simple, por muy seguramente difícil que haya de ser el viaje.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Plenamente de acuerdo con usted. Es un exceso (o una maldad) atribuir a Betancourt ser una "lengua sin manos".

Desde una perspectiva filosófica discuto el humanismo, en tanto que a veces parece haber sustituido la idea de 'Dios' por la no menos metafísica e inabarcable de 'Género Humano'. No obstante, prefiero a un humanista de acción que a un nihilista que pretende azucarar todo lo que le desagrada.

Si 'fascista' como etiqueta no significa nada, ya ocurre con 'progresía' o 'progre'; que no funciona ni como vago peyorativo.

Si el cedazo es tan estrecho, habremos de esperar a la crítica a Sánchez Ferlosio. Y por supuesto a la réplica.

Un abrazo.

Lenny Zelig dijo...

Pero no podemos olvidar que el humanismo es uno de los pilares de la democracia moderna, que está en la raíz histórica de la democracia liberal. De hecho, los peligros más graves a los que se ha enfrentado la democracia en el pasado y que la amenazan en el presente (totalitarismos de variado pelo, político o religioso) son todos ellos “antihumanistas”. Claro que proclamarse (o ser) humanista no libra a uno de ser un cretino (desde luego no estoy pensando en mi muy apreciado Todorov, sino en mí mismo), pero al menos sí de ser realmente peligroso para la especie.

Por eso a mi alma remotamente hippy le molesta ese rictus de desagrado (¡Paparruchas!) que pone alguna intelectualidad –que por otra parte aprecio— ante la menor expresión de elementales deseos de concordia. Como me molesta que se atribuya necesariamente relativismo moral o simple “buenismo” a cualquier manifestación de humanismo. Pueden coincidir, claro que sí, pero no necesariamente y me parece demasiado evidente que no es el caso ni de Ingrid Betancourt ni de Tvetan Todorov.

Efectivamente, el cedazo de algunos trilladores se expresa en nanómetros. Por ahí no paso.
Un abrazo.
(El martes, suceda lo que suceda, será histórico. Cuéntenoslo).

Daniel Hermosel Murcia dijo...

Yo..., es que soy de ciencias.... (o_O)

Lenny Zelig dijo...

Bueno, eso es más una ventaja que otra cosa. Una parte no despreciable de nuestros males ha surgido de un lugar llamado "Filosofía y Letras". (Exagero y bromeo, pero no absolutamente).

Daniel Hermosel Murcia dijo...

Puede ser, aunque seguramente las líen mucho más gordas en "Económicas" donde tiran de los dos lados ;)

Lenny Zelig dijo...

Buen contrapunto. Aunque sea con brocha gorda, me atrevo a decir que la Economía es una ciencia que nos muestra cómo la ciencia no ofrece por sí sola las mejores respuestas. (Pero sin olvidar que sigue colocándonos en la mejor disposición para encontrarlas).

Daniel Hermosel Murcia dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=KcmM7Jh2Y3k

Ahí un regalito ;D

Lenny Zelig dijo...

Dead-vertising. Ja,ja.
Qué grandes son.
Gracias por el regalito.

Nootka dijo...

Probablemente para él la definición de la palabra civilizado es otra. Y no se quería mojar para que luego le llamaran incivilizado, machista. bárbaro, represor, fascista...
Y yo es que no leo periódicos, ni veo la tele, no sabía nada de los príncipes de asturias ni de sus premios. Bueno, lo de la nariz de Leticia, aunque es mucho más intereante el discurso de este señor Todorov. No sigo la trayectoria de Ingrid, sólo espero que después de su liberación no se olviden de los aún cautivos aunque no tengan nombres franceses. Y es que, esta dinámica de los medios de comunicación, me perturba me alarma y me indigna, y por eso no los leo...
En fín, vaya rollo he metido.
Un beso.

Lenny Zelig dijo...

Creo que Juaristi comparte más la opinión de Todorov de lo que está dispuesto a reconocer. Y que forma parte de un grupo de intelectuales -que respeto, me interesa y con el que comparto muchas opiniones- que permanece crispadamente a la defensiva ante cualquier rastro de su pasado ideológico. Creo que en eso se equivocan y que hay algo de actitud errónea que produce el efecto de nublar su buena vista, desenfocándola cuando la dirigen a ciertos lugares.

Esto sí que es un rollo y ya ve que me interesa la discusión ideológica en la sociedad occidental. Pero comprendo su perturbación por el mundo de la comunicación: lo que no está en los medios no está en el mundo. Tal vez internet pueda hacer algo al respecto. Es decir, tal vez usted.
Un beso.