Fotografía de Don McCullin - ‘Snowy, Cambridge, early 1970s’

jueves, 5 de febrero de 2009

Probe de mí



No me apellido Canales pero debiera.

Aunque no me preocupa qué me está pasando en la montaña. No tiene interés. Algo que al parecer sí lo tiene es qué habría querido Eluana.



Lo que más me irrita de este infeliz episodio no es la invocación del valor absoluto de la vida, de su abstracta indisponibilidad, ni el timbre religioso de las voces escandalizadas que a fuerza de sobredosis de compasión en realidad demuestran que no tienen suficiente. Lo que me molesta es que la cuestión se haya resuelto legalmente indagando qué habría querido Eluana de haberlo sabido. Una pregunta a la que nunca respondió y que, por tanto, no tiene respuesta, pero que sin embargo parecemos necesitar para eludir la responsabilidad moral que el caso nos exige. "Que decida ella".

Creo que no es tiempo de preguntas imposibles. Defiendo que es el momento de una despedida íntima. Sin embargo, sucede todo lo contrario y el alboroto provocado por una muchedumbre vociferante resuena en las paredes de una estancia hospitalaria que encierra desde hace demasiados años el drama que solo viven unos pocos. Vergogna!

Pobre Eluana. Pobre familia.


3 comentarios:

Daniel Hermosel Murcia dijo...

Sobre todo pobre familia, a ella me temo que le debe dar lo mismo (espero porque si es consciente de su estado..., no quiero ni imaginarlo). Que no nos pase nada y si pasa, para que conste, ¡que me desenchufen!

Por cierto han cambiado la dirección de la notica a esta: http://www.larazon.es/noticia/comienza-el-proceso-para-suspender-la-alimentacion-a-eluana

Lenny Zelig dijo...

Consta: considéreme testigo de su testamento vital. Pero le advierto que, llegado el momento, no me enfrentaré a sus allegados si prefieren mantenerle con vida.

(Esto es hablar por hablar, claro. Esto..., espero..., espero que esté bien de salud).

Daniel Hermosel Murcia dijo...

Para su tranquilidad, sí ando bien (creo), gracias por dar fe. :)