Huyendo del espíritu de mi tío Paco y envuelto en el de (también Paco) Martínez Soria visité el museo Guggenheim de Bilbao, no sin antes haber echado una partidita.
El edificio del museo y el recuperado entorno de la ría son tan atractivos como esperaba, pero su contenido me sorprendió mucho más gratamente de lo que podía imaginar, especialmente la exposición temporal de Cai Guo-Qiang, titulada "Quiero creer".
Aquí el artista, mu majico, explica un poco dos de sus obras, a la manera en que se explican los artistas.
Ah, el arte y la vida: dos mundos paralelos, creo que sin excepciones aunque a veces se diga lo contrario. Afortunadamente. Así puedo seguir disfrutando de Silvio.
El edificio del museo y el recuperado entorno de la ría son tan atractivos como esperaba, pero su contenido me sorprendió mucho más gratamente de lo que podía imaginar, especialmente la exposición temporal de Cai Guo-Qiang, titulada "Quiero creer".
Aquí el artista, mu majico, explica un poco dos de sus obras, a la manera en que se explican los artistas.
Ah, el arte y la vida: dos mundos paralelos, creo que sin excepciones aunque a veces se diga lo contrario. Afortunadamente. Así puedo seguir disfrutando de Silvio.
2 comentarios:
Vaya, últimamente me topo con el Ojalá por todas partes...
Es que el espíritu hippy-romántico siempre está en el aire.
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