Fotografía de Don McCullin - ‘Snowy, Cambridge, early 1970s’

lunes, 27 de julio de 2009

P.S.

Hablando de soberanía, debo decir que me encantó oír un himno extraño en la ceremonia final de esa apasionante carrera ciclista.



Dicen que es el de Dinamarca, ese gran pequeño país.
Ah, poder sentirse nórdico por un ratito.
Felicidades, Alberto (Contadorssen).
Por todo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja, ja, qué bueno fue, qué cara puso el tío. Si yo fuera Contador, me bajaba del podio e iba a darle unos toquecitos en el hombro al maestro de ceremonias: "perdone, que no, que así no es". Y bueno, que digo yo que aunque esté genial sentirse escandinavo por momentos, también los finlandeses sonreirían con orgullo al participar un poco de nuestro triunfo, eh.

¡Viva Contador, y sus orígenes extremeños, óle!

Di Blasino dijo...

Sé bien que si Contador fuera danés yo no habría disfrutado tanto del Tour. Pero como nos apuntamos en seguida al éxito, me parece bien recordar, al son de un himno aleatorio, que el mérito es individual. Y de paso se nos baja la mano que teníamos tontorronamente puesta en el pecho.
¡PERO QUE VIIIVAAA! (Dígase con marcado acento mexicano, por supuesto).

Daniel (no puedo registrarme, ains) dijo...

Dinamarca mola, el ciclismo hace buenas siestas...
Por lo demás soy bastante descastao así que hacerse a la idea...

Lenny Zelig dijo...

Confíe, aún estamos a tiempo de hacer de usted un hombre deportivo y patriótico de bien.
Venga con ese himno, todos con Esperanza Aguirre: nino-nino-naninoninonino-ninoninoní...

Daniel (con problemas de autenticación) dijo...

Jejeje, la espe da cada día más miedo, como la plataforma que la quiere de candidata triunfe...

Anónimo dijo...

¿Y qué me decís de esa Espe llamando a ZP sindacalista y no sé-qué-más, hein? mola mucho ser española, no digáis que no

Di Zeligno (en pleno proceso de transformación) dijo...

Esperanza me parece un guiñol sin complejos: una caricatura de sí misma con dificultades para percibir la complejidad de las cosas.
Pertenece a una especie muy abundante en política (en todos los frentes), cuyo éxito tal vez se deba a que a responde a lo que realmente anhelamos ser y, por ello, nos gusta ver en el escenario público: personajes con las ideas muy claras y capacidad para transmitir confianza en sus/nuestras propias memeces.
(Ya se ve que no culpo a Esperanza de ser lo que es y, a pesar de ello, estar donde está).