Fotografía de Don McCullin - ‘Snowy, Cambridge, early 1970s’

miércoles, 16 de julio de 2008

Camaradas

La televisión y yo, esa pareja desconcertante. Y la HBO, esa caja de sorpresas.

Ahora le toca a “Band of Brothers” (“Hermanos de sangre” en traducción local), una serie que vi a trompicones y que me he propuesto ver ordenadamente.



La guerra y yo, esa pareja imposible. A pesar de todo, la serie me absorbe. Aunque camina al borde del peligroso precipicio de la épica, acaba siendo sincera y mostrando el desastre y la mugre.

La serie gira en torno a la camaradería. Eso tan necesario en los tiempos difíciles. Pero no puedo dejar de pensar en que la camaradería es tan imprescindible como venenosa: impide tomar verdadera conciencia de la realidad y de la infamia. Me desconcierta. En este punto el cuaderno de ruta no marca ninguna. No sé, no sé. Como casi siempre.

6 comentarios:

Daniel Hermosel Murcia dijo...

Recuerdo haber seguido esta serie un verano perdido, ¿no erea de Spilberg? La verdad es que no la recuerdo bien, habrá que revisarla. En cuanto a la semiceguera..., supongo que hay cosas que si no es sin pensarlas no se harían, lo cual no estaría mal por otra parte.

Lenny Zelig dijo...

Eso es, cosas que solo haríamos si no las pensáramos... Tiene que tratarse de una lista muy pequeña y habría que pensársela muy bien.

Anónimo dijo...

¿En serio? yo he llegado a la conclusión de que SIEMPRE acabo haciendo lo que me dicta el primer impulso, aunque haya estado pensando días y días sobre un asunto. Será que relaciono inconscientemente la reflexión con la indecisión, y a ésta, con la "pusilanimiedad" (lástima que no haya sustantivo). Por eso me enfado tanto conmigo misma, porque no quiero perder el tiempo "pensando" algo que sé que ya he decidido casi de antemano. Admiro a las personas reflexivas (porque yo no lo soy), pero detesto a las personas indecisas (por eso intento no serlo). Qué paradoja.

En cuanto a la camaradería, me parece un sentimiento muy noble y al mismo tiempo, insufrible. Usted ya lo dijo, que mola más ser el malo de la peli. Ser un buen camarada no tiene nada de interesante. La traición es más "novelable", así que yo me quedo con el traidor.



La guerra y usted, ja ja. Yo le tengo la guerra declarada al insomnio. Buena noche, che.

Lenny Zelig dijo...

Bueno, bueno, creo que es usted más decidida que temeraria o inconsciente. (Y a propósito, creo que soy más detestablemente indeciso que reflexivo).

Pero sólo quería referirme a situaciones límite. A esas en las que basta un brevísimo instante de reflexión para sorprendernos de cómo fuimos capaces de hacer aquello. Y "aquello" puede ser tan oportuno como indeseable. Y la camaradería -una variante noble del gregarismo- propicia que hagamos "aquello", sin pensarlo suficientemente, eso que a veces es lo mejor y a veces, un desastre. Evitar lo segundo exige un poco menos de camaradería. Así que un lío.

Y la guerra declarada al insomnio... Tenga cuidado: la guerra produce insomnio. Que la gane.

Nootka dijo...

Siempre que paso por aqui me entran ganas de ver la tele...
en fín, a ver si me pongo al día un día :)
un beso!

Lenny Zelig dijo...

Hace algún tiempo estaba retirado de la tele. Pero ha sido prestar atención y encontrar joyas aquí y allí, y ya no parar de disfrutar.
Como un niño.
Besinos.