Los humanos somos un resultado de un proceso de aluvión y me ha dado por pensar que resulta problemático. En varios sentidos la evolución se manifiesta en nuevas estructuras biológicas que se depositan sobre las antiguas. Así que es rascar la última capa superficial y aparece el viejo sedimento que creíamos desaparecido. Es crear las condiciones propicias y aflora en nosotros el cerebro de reptil que olvidamos que allí continúa. Eso hace que el progreso sea tortuoso y la experiencia invita a pensar que con el tiempo no somos necesariamente mejores, sino que tan solo tenemos más pasado, un cerebro con más capas, mejores oportunidades que solemos desperdiciar o quizá nada más que nuevas habilidades para ser los cocodrilos más despiadados.
Esto va por días. Hoy me ha dado por pensar que somos un especie que ha creado falsas expectativas. Sé que pasado mañana seré más objetivo y encontraré motivos para el optimismo. Pero de momento, ¿qué pensar del afán generalizado de los humanos por marcar territorio como gatos orinando por los rincones? Sólo es un ejemplo y no el más grave.
Hoy por hoy y en lo que a mí respecta, somos éste
Esto va por días. Hoy me ha dado por pensar que somos un especie que ha creado falsas expectativas. Sé que pasado mañana seré más objetivo y encontraré motivos para el optimismo. Pero de momento, ¿qué pensar del afán generalizado de los humanos por marcar territorio como gatos orinando por los rincones? Sólo es un ejemplo y no el más grave.
Hoy por hoy y en lo que a mí respecta, somos éste

Tal vez no lo parezca, pero seguimos llevando esa mirada entre alerta y asustada, ese gesto tenso del que apuesta todo por la supervivencia y sabe que a cada momento se la juega. Aparentamos no verlo, pero aquél es el aspecto que tenemos cuando nos damos los buenos días.
En fin, hoy por hoy y hasta pasado mañana, sueño con el advenimiento de las máquinas, de un mesías robótico.

Voy a rezarle un poquito.
P.S.: soy un iluso. Acabaremos peleándonos también por las benditas máquinas.